Las proporciones del Taycan son únicas

Michael Mauer, director de Porsche Style, habla en una entrevista sobre los detalles publicados, expone los diferentes niveles de identidad de la marca y del producto Porsche y explica la filosofía de diseño para los vehículos totalmente eléctricos de Porsche.

Señor Mauer, con el Taycan llega al mercado un Porsche como nunca antes se había visto. En muchos aspectos, esto supone el comienzo de una nueva era. ¿También en cuanto a diseño?
En realidad, fue una de las tareas más emocionantes y a la vez más complicadas, precisamente porque no había un modelo. No obstante, no comenzamos desde cero, ya que una cosa quedaba clara: incluso este nuevo modelo debía ser reconocible como Porsche a primera vista, es decir, encarnar lo que yo llamo identidad de marca. También con el Taycan seguimos consecuentemente la estrategia de ofrecer el automóvil más deportivo en cada segmento en el que competimos. En términos de diseño, esto se expresa inicialmente en proporciones. Un automóvil deportivo cuenta con una relación anchura/altura más dramática que cualquier otro vehículo. Y me atrevo a decir que hemos redefinido un poco la arquitectura de un vehículo puramente eléctrico.

En este sentido, ¿qué es lo especial?
El Taycan es absolutamente único por lo que se refiere a las proporciones. Normalmente, los vehículos totalmente eléctricos son más altos que los convencionales, ya que las baterías relativamente más pesadas y grandes se alojan en los bajos y las personas se sientan encima. Aun así, nosotros no nos quisimos conformar. Sin embargo, no se puede simplemente instalar las baterías en otro sitio, no por motivos dinámicos de conducción, sino porque el centro de gravedad debe estar lo más bajo posible. Ya que no se puede mover a lo ancho, el especial desafío fue ubicar a los pasajeros en una posición lo más baja posible, sin parecer que estuvieran en un coche de carreras de Fórmula 1. Lo solucionamos con los llamados «garajes de pies». Además, en la altura deportiva del vehículo permiten una cómoda posición de los asientos. Retrospectivamente, el mayor desafío residía en lo que conocemos como "envase": ¿Qué altura debe tener el vehículo, cuán largo y ancho debe ser, cuán reclinados o erguidos se sientan los pasajeros? Para mí, esto es típicamente Porsche, esta lucha por conseguir la solución perfecta.

¿En qué momento se implicó en el desarrollo?
Desde el principio, ya que es la condición principal en una estrategia de diseño. Antes, muchas veces, cuando llegábamos, el envase ya se había decidido. Así que, fundamentalmente, ya se había decido el diseño. En este contexto, siempre me gusta explicar nuestro proceso, que se divide básicamente en tres pasos: proporciones, estilo y detalles. Las proporciones son fundamentales. Si no son correctas, luego no se puede hacer mucho más en cuanto a estilo y detalles.

¿Estuvo claro desde el principio qué dirección tomaría el desarrollo?
Tuvimos muchas discusiones, sobre todo con respecto al envase. También fue motivo de debate durante un tiempo el hecho de entrar en la movilidad eléctrica con un SUV, pero al final tomamos la decisión de dar este paso tan importante para Porsche con un automóvil deportivo y, por tanto, sentar un precedente. La pregunta era: ¿Con qué claridad se indica el comienzo de una nueva era totalmente eléctrica? ¿Debe, por tanto, cambiar todo lo demás?

¿Cuál es su postura?
En una marca tan potente como Porsche, no daría un buen consejo si tirara por la borda todos los elementos de diseño de la marca. Para mí, se trata siempre de dos componentes: primero, la identidad de marca: reconozco que es un Porsche; y, el segundo nivel, la identidad del producto: ¿qué Porsche es? La identidad de marca se pone de manifiesto en diferentes características, comenzando por las proporciones. Queda patente en la topografía especial del capó delantero y de las aletas delanteras, las tomas de aire en vez de una dominante parrilla delantera, nuestra «Flyline», la línea de techo descendente y unos fuertes hombros en la trasera. Estos son elementos que distinguen a cada Porsche. La diferenciación tiene lugar en el nivel de identidad del producto.

Ha dicho que con el Taycan quería definir por primera vez la apariencia del modelo con propulsión alternativa.
Sí, claro. En lo que se refiere a la identidad del producto, le damos a cada serie de modelos una característica propia: ¿qué Porsche es? Uno de los elementos fundamentales que hemos definido es la forma de los faros. Hemos invertido mucho trabajo de desarrollo en ello. Así es como se nos ocurrió el concepto que mostramos ahora por primera vez, a unos 3 meses del estreno mundial. Va más allá de los modelos anteriores y es reconocible por la identidad del producto de nuestro vehículo totalmente eléctrico. Los cuatro elementos para las luces diurnas, que hoy en día no están tan presentes, no solo son visibles en la fotografía sino también en la forma. Este diseño escultural es importante, es el elemento principal del frontal. La tecnología actual de las luces nos ofrece posibilidades fantásticas.

¿Probablemente ayude también en el diseño el hecho de que no tenga que instalar un gran motor de combustión bajo el capó delantero?
Por eso en el Taycan hay más espacio, algo que es un desafío totalmente diferente en el Panamera o el Cayenne. Lo podemos vincular claramente al 911, lo cual beneficia mucho a la identidad de marca. Sin embargo, en cuanto a la identidad del producto, vamos un paso más allá: en los modelos con propulsión puramente eléctrica, la aerodinámica y la calidad del flujo de aire juegan un papel especial, ya que influyen significativamente en la autonomía. Por eso, ya no tenemos los clásicos faros, sino una fuente de luz en una salida de aire. El aire entra por la parte delantera lateralmente y sale por detrás de los pasos de rueda. De este modo, se suaviza la corriente de aire en las ruedas, lo que supone una importante ventaja aerodinámica.

¿Puede adoptar algo del Panamera? Es también un deportivo de cuatro puertas.
Por supuesto que nos hemos beneficiado de la experiencia con las diferentes generaciones del Panamera. En la vista lateral, creo que, por ejemplo, la línea de techo descendente, nuestra Flyline y la gráfica de las ventanillas laterales están muy bien conseguidas. Pero, dado que siempre se exige que el modelo tenga una identidad de producto propia, quedaba clara una cosa: el Taycan no debía tener el aspecto de un pequeño Panamera. Y no lo tiene. Las diferencias son tan grandes que no hay riesgo de confusión.

Esto le lleva de vuelta a la relación de tensiones entre reconocimiento y diferenciación. ¿Debe resultar familiar y a la vez parecer nuevo?
Cuando contempla la trasera del Taycan, se consigue exactamente ese efecto. Por un lado está la identidad de marca con unos potentes hombros, el habitáculo retrasado, como decimos nosotros, con bonitas proporciones y superficies lo más limpias posible. Naturalmente, el Taycan no cuenta con salidas de escape, por lo que hemos acentuado la aerodinámica y nos hemos ocupado de forma intensiva del difusor trasero, que en parte representa la identidad del producto de los vehículos totalmente eléctricos. La franja de pilotos que discurre transversalmente por la trasera señala nuestra filosofía principal de introducir nuevos elementos sobre la identidad del producto, que luego tienen la oportunidad de subir de nivel y convertirse en identidad de marca. Inicialmente, solo los modelos 911 de tracción total tenían una franja de pilotos; ahora todos los Porsche la tienen. Ahora, la tarea es diferenciarlo nuevamente en las series individuales.

¿Fue en realidad con la discusión sobre el Taycan que se decidió revisar también el logotipo?
Como sabemos, el logotipo se ha ido adaptando con el paso de los años. Pertenezco a los defensores de la filosofía de que el símbolo de la marca también debe evolucionar, como también hicimos recientemente con el lanzamiento de la nueva generación 911 en el anagrama del modelo. Ahora la tipografía es un poco más irregular, diría yo. Lo adoptaremos para el Taycan. Y, de hecho, ya hemos experimentado en coches de exhibición con el logotipo blanco y negro en el capó delantero, que hemos grabado en aluminio de alta calidad. Parece más moderno, pero rompe con una tradición. Finalmente hemos decidido mantener el logotipo actual.

Tradición es la palabra clave: ¿Cómo cambia el trabajo de diseño con la digitalización? ¿Sigue necesitando las herramientas clásicas?
Déjeme decirlo así: lo más importante sigue siendo el hecho de ser creativo y no surge de utilizar lápices digitales o fresadoras inteligentes, sino de la cabeza del diseñador. Sin embargo, nos ha hecho ser más rápidos, ya que podemos trabajar en paralelo en el mundo físico y de datos. Actualmente, podemos diseñar modelos de datos a partir de simples bocetos y transformarlos inmediatamente en dibujos 3D en el ordenador o en la gran pantalla de vídeo. Esto resulta interesante y acelera el proceso, pero sigo pensando que no reemplaza el trabajo manual de un modelo. Aún hay cosas que no se ven directamente en un ordenador, sino en la realidad. A veces hay que hacer que una superficie sea «incorrecta» en aspectos matemáticos, para que luego parezca que el efecto es correcto. En parte, esto no se justifica, es una sensación pura. Por ello, trabajamos como siempre con modelos de arcilla hasta la escala 1:1, en la que cada superficie y cada línea se crea a mano.

Hay algo tranquilizador en el hecho de no poder hacerlo todo con fórmulas.
También es un factor de coste pero creo que cuanto más atención se dedica, más se nota en el vehículo. Para mí, uno de los mayores desafíos es recordarme continuamente que no diseño el coche para mí, sino para los clientes. Ellos confían en un producto exclusivo que a la vez transmita una calidad artesanal. Las superficies tienen una bonita tensión, convexa, cóncava, todo se une de forma homogénea, y ahí también se demuestra esa calidad. Nuestros clientes otorgan mucho valor a esto, seguramente también en el futuro.

Y ese futuro en Porsche es puramente eléctrico, al menos de forma parcial. Eso también debe ser personalmente emocionante para usted.
Sin duda. Llegué a Porsche cuando la gama de productos se amplió enormemente con el desarrollo del Panamera. Ahora, nos volvemos a encontrar en una fase totalmente decisiva para la empresa. En este momento, el hecho de poder asumir responsabilidad en es algo muy especial. Mi visión es que el Taycan se convierta en el icono de esta nueva era, casi como un sinónimo de automóvil deportivo puramente eléctrico. Al igual que lo ha conseguido el 911 en su área durante las últimas décadas.