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Bangkok es una ciudad ruidosa y colorida, que recibe al visitante con agrado. Hoy, la bienvenida corre a cargo de Sihabutr Xoomsai, con su atenta mirada enmarcada en unas gafas de gruesa montura. Tras pasarse la mano brevemente por su enmarañado tupé, nos dice: "Pasad. ¿Queréis tomar algo?".
Se nota a primera vista que estamos en el hogar de un amante del arte y de la arquitectura, que posee el temple masculino pero a su vez la elegante cadencia de quien sabe relajarse cuando toca. El hogar de "Tenn", como llaman sus amigos a este director de cine y periodista, bien podría pertenecer a un barrio de Hollywood, con sus grandes cristaleras, estructuras de acero y paredes de ladrillo.
El anfitrión se ha dado cuenta de que estamos mirando de reojo el garaje, por lo que se detiene sonriendo y se apoya relajado en la pared con los brazos cruzados. "Siento debilidad por los
De hecho, su historia no parece en absoluto loca, sino casi lógica por necesidad. Tenn nace en agosto de 1970 en Bangkok y asiste a la escuela secundaria en EE. UU., donde más tarde estudiará cine. A los 20 años, durante unas vacaciones en el hogar familiar en Bangkok, llega de visita un amigo de su padre. Pero no lo hace de cualquier manera, sino en un 911
Tenn recuerda cada detalle y cada instante. "En algún momento me lanzó la llave de su
Pausa. Una reflexión. Tenn se golpea los muslos con ambas manos y se levanta de un salto: "¿Vamos? Me muero de curiosidad". El motivo de su ilusión está abajo, en la entrada. Blanco, eléctrico, potente: el
Es una experiencia turbulenta y explosiva, desconcertante y apasionante. Esta metrópolis del sureste asiático nos colma de impresiones. Antiguos templos brotan como flores exóticas entre el cemento y el asfalto, tramos de calles con edificios de una planta y fachadas que se desmoronan, pero que se resisten a los modernos rascacielos; olores y colores de una intensidad psicodélica nos envuelven en una auténtica vorágine.
El
El 911 SWB blanco y el 993 GT2 amarillo nos han acompañado todo el tiempo a través del colorido mar de luces. Se podría decir que se muestran un tanto agotados por el ritmo sobreexcitado de la metrópolis y parecen quejarse: "Hey", refunfuñan con sofocados tamborileos de bóxer y silbidos de turbocompresores: "En cuanto vuelvas a salir al polvo de la larga distancia, al norte o al sur, fuera de la ciudad, con tu maquinaria eléctrica no vas a tener ninguna oportunidad frente a nuestros furiosos motores. Las carreteras de Tailandia son buenas, pero no puedes cargar la batería en cualquier lugar…". Tenn parece no escuchar. Reflexiona. "Quizá sea la magia del automóvil eléctrico: quieres volver a buscar caminos inexplorados, descubrirlos, empezar de nuevo. Tecno en lugar de Rock ’n’ Roll, pero con la misma potencia. Una emoción increíble. Soy un gran fan de este coche".
"Quizá sea esta la magia de los coches eléctricos. Entrar en un mundo desconocido, redescubrirlo todo, empezar de cero"
Sihabutr "Tenn" Xoomsai
Es más que lógico que prosigamos nuestro camino. Bangkok nos ha cautivado. El vehículo blanco susurra por dentro, navega por el atardecer y se adentra en una ciudad muy iluminada. Y aún nos sorprende con un esprint cargado de candente energía. Tenn sacude perplejo la cabeza: "A este
El
Texto publicado en el número 394 de Christophorus, la revista para clientes de