Trabajo mental
El camino a la victoria comienza en la mente. Seis años tuvo que esperar Sven Müller para lograr su primer gran triunfo en la Fórmula 1. En el momento en que perdió el miedo a la derrota, ganó.
Las nubes atraviesan el Circuito de las Américas en Austin (Texas), a 24 grados a la sombra y casi 40 dentro del automóvil. En menos de una hora se dará la salida a 27 pilotos de 14 países. Uno de ellos obtendrá la victoria general de la
Antes de la carrera, Müller de 25 años, se ha recogido. En el pasado nunca se subía al vehículo sin un ritual: antes de la salida escuchaba su canción favorita de ese momento. Pero entretanto ha abandonado esta costumbre, porque según dice se pondría demasiado nervioso si al final alguna vez se le olvidara hacerlo. Así es que se está concentrando para tener una buena salida. En los últimos meses ha recorrido en repetidas ocasiones los 5,516 kilómetros del circuito de Austin: algunas veces en su
Al día siguiente Müller tiene agujetas, pero no tantas como las que sintió hace tres años tras sus primeras vueltas al circuito de Nürburgring. «En aquel entonces estaba tan nervioso que me senté mal en el asiento, y a las 10 vueltas los dolores se volvieron insoportables». Y se ríe por haber hablado de «aquel entonces». Pero quien ha empezado a conducir un kart a los seis años, participado en el Campeonato de Europa a los 12 y pasado a la ADAC Formel Masters con apenas 19 para acabar en las carreras de Fórmula 3, bien se puede permitir hablar de «aquel entonces».
Concentración
Müller, originario de Maguncia, participó en el programa junior de
Persecución
Müller está seguro de que si no hubiera aprendido a perder ahora tampoco podría ganar. Fueron sus ansias de ir avanzando las que en 2013 llamaron la atención de
Al Müller de ayer el éxito no le llegó de la noche a la mañana. Tuvo que esperar seis años hasta obtener sus dos títulos de campeón en el deporte de la Fórmula. Seis años en los que en algún momento dejaría de soñar en la Fórmula 1 y se sentiría más a gusto en las competiciones de GT. «Sufrí un bajón, pero aprendí a atacar de nuevo», explica.
Fuerza
El Müller de hoy es un ganador porque está en forma física y mental. Y porque sabe que una carrera no solo se gana en el trayecto sino sobre todo en la cabeza. Nada debe distraerle y ningún error debe confundirle, lo importante es transformar las inseguridades en fuerza. «Antes y después de la carrera hablo por teléfono con mi entrenador mental. Siempre encuentra palabras para darme ánimos y para ayudarme a concentrarme». Desde el primer año como junior en
Tiempo libre
«La pesca es mi hobby preferido», afirma. Müller, hijo de una suiza y un alemán, visita a menudo a su abuelo en la Suiza francófona. Cuando tenía cuatro años su grand-père le llevaba al lago. Müller habla de él con tanto cariño como cuando habla de su madre Anouk, de su padre Michael, que había competido en carreras de 24 horas, y de su hermano menor Benedikt. Müller debe a su abuelo no solo su perfecto francés, sino también el amor por la naturaleza y el saber gozar de la tranquilidad. «Me encanta estar sentado en la orilla pescando. Para mí no hay nada más bello. Sus ojos castaños brillan. Habla de «darse el gusto», no de «perder el tiempo».Habla de «echar raíces», no de «despegar». De tranquilidad y paciencia. Y quizás es precisamente esto lo que caracteriza a un ganador: no dejar que el mundo se hunda en las derrotas ni que las victorias se suban a la cabeza. Simplemente apretar el puño de pura alegría y seguir luchando en la próxima carrera.
Texto Christina Rahmes
Fotografía Theodor Barth
Porsche promociona a los nuevos talentos
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