Montaje final

Un hito en la historia de la restauración: el Porsche 911 T vuelve a ser nuevo

Elegante, esbelto, deportivo y bello. Cuando el trabajo de casi un año termina tan brillantemente, los curtidos expertos de Porsche Classic siguen sintiéndose orgullosos de la conclusión de una obra maestra. El Porsche 911 T Coupé, versión EE. UU., año de fabricación 1973, vuelve a estar lleno de fuerza y clase. Completamente restaurado a su estado original, destila el encanto de los años 70. Este modelo clásico se ha convertido en un objeto de coleccionista muy codiciado.

“Revivir la pasión”, la campaña común del Porsche Club of America (PCA), la asistencia de los Clubes Porsche y Porsche Classic, va camino de un feliz final. Tras el sorteo del vehículo entre los miembros del PCA, el ganador podrá recoger su joya durante la Porsche Parade de EE. UU. en agosto, y empezar a revivir la pasión. El clásico de Porsche ya está listo para correr.

¿Qué da másplacer, conducirlo o admirarlo quieto en el garaje? Una cuestión que deberá resolver el nuevo propietario del 911 T. ¡Lo más probable es que no pueda resistir la tentación de conducirlo! Un Porsche está hecho para eso, tenga los años que tenga. Pero antes de la primera excursión tiene lugar la inspección final por parte de los expertos de Porsche Classic. Y es que también un clásico de Porsche completamente restaurado debe someterse a una inspección exhaustiva. Se trata de un verdadero ritual, sin el cual ningún Porsche puede circular.

El montador marcó el comienzo. Una vez finalizado el 911 T comprobó todas las funciones con el vehículo parado: claxon, luces, frenos, elevalunas y todo el sistema eléctrico. A continuación se midió el 911 y se ajustó de manera óptima el chasis y la altura del vehículo. En el banco de ensayos los frenos debían superar una prueba de resistencia. El primero en subir las revoluciones del 911 fue como siempre el supervisor de taller. Durante la prueba de funcionamiento en carretera anotó las posibles anomalías con suma precisión. Por ejemplo, ruidos que pueden indicar que en algún lugar hay una pieza que no está montada óptimamente. A la vuelta se trabaja con la lista para optimizar el vehículo. Entonces le tocó el turno al jefe de taller, Jochen Bader. Este repitió el recorrido y anotó posibles defectos según su percepción. También las notas de esta lista se implementaron después en el vehículo. Dos caracteres y dos opiniones distintas con un mismo objetivo: un vehículo en condiciones óptimas de funcionamiento.

Así pues, el Porsche 911 T recorrió unos 700 kilómetros con fines de prueba. Por la experiencia de los especialistas de Porsche Classic, lo que tras esa distancia funciona completamente, en el futuro también funcionará. Además el motor ya está suficientemente rodado como para poder someterlo a una prueba de potencia. En el banco de pruebas se aceleró al máximo y el grupo motor del Porsche 911 T desplegó toda su fuerza, como en 1973. El motor bóxer de 2,4 litros desarrolla 140 CV a 5.600 rpm.

Tras la inspección técnica y la prueba de conducción tuvo lugar la auditoría, una prueba de calidad de la capa exterior con arreglo a las especificaciones de Porsche. Para ello el vehículo se llevó a una zona especial del taller, marcada con líneas amarillas e iluminada de manera particular. El vehículo se dividió en las denominadas áreas de defectos, que se analizan individualmente. Así, se pueden detectar posibles defectos en la protección de los bajos y también en la pintura, en la que se reflejan las líneas amarillas y se ven inmediatamente las irregularidades.

Tras ello finalizó el trabajo de los especialistas de Porsche Classic.
El 911 T está listo para la carretera... y para su nuevo dueño. El jefe de taller, Jochen Bader, acompañará al vehículo personalmente hasta el aeropuerto de Stuttgart para supervisar el bloqueo y el embalaje de la importante mercancía en palets de aluminio. ¡Adiós, 911 T! ¡Que tengas un buen viajey un largo futuro!