Porsche - Cuando la razón se traduce en eficiencia
Cuando la razón se traduce en eficiencia
 

Cuando la razón se traduce en eficiencia

Los nuevos Cayenne consumen todavía menos.

Robusto. Ágil. Eficiente. Tres adjetivos que resumen hacia dónde conduce la última generación del Cayenne su exitosa historia. Esto incluye marcados elementos de diseño, mayor eficiencia y un equipamiento de serie más amplio. Menos consumo a la vez que más potencia y más par de giro. ¿Imposible? No para Porsche. También se ha podido afilar notablemente la línea del chasis marcando más el aspecto deportivo frente al confort. Los nuevos modelos incluyen la función llamada de «planeo» y una función Auto Start/Stop mejorada, dos medidas que permiten reducir el consumo. Los motores cumplen con la normativa Euro 6 sobre emisiones contaminantes vinculante a partir de septiembre de 2014 (normativa Euro 5 en el caso del Cayenne S Diesel). Cuentan con un motor nuevo, el V6 biturbo de 3,6 litros del Cayenne S, que ofrece una potencia máxima de 309 kW (420 CV) a 6.000 rpm. Con el Sport Chrono Paket, el Cayenne S acelera de 0 a 100 km/h en sólo 5,4 segundos. Y de acuerdo con el NCCE el consumo oscila entre 9,5 y 9,8 litros por cada 100 km, dependiendo de los neumáticos que se usen.

La nueva generación también trae una novedad internacional: el Cayenne S E-Hybrid es el primer híbrido enchufable del segmento de los SUV premium. La potencia combinada del motor compresor V6 de 3 litros (245 kW/333 CV) y el eléctrico (70 kW/95 CV) es de 306 kW (416 CV) a 5.500 rpm y el par de giro global es de 590 Nm entre 1.250 y 4.000 rpm. Todo esto hace posible que la potencia del automóvil se mueva en niveles de coches deportivos: de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos y 243 km/h de velocidad máxima. La velocidad máxima eléctrica es de 125 km/h. El Cayenne S E-Hybrid convence con un consumo homologado de combustible en ciclo NCCE de 3,4 litros cada 100 km (79 g/km de CO2, consumo de corriente: 20,8 kWh/100 km) y una autonomía en modo puramente eléctrico de entre 18 y 36 km.

Desarrollar, descubrir, conquistar

Hace más de una década, Porsche se adentraba en un mundo nuevo de la mano del Cayenne. Desde entonces, el SUV ha ido abriendo continuamente nuevas posibilidades.

Un SUV especial tiene muchas cosas en común con una revista especial: espacio, nuevos horizontes, la obligación de ofrecer vivencias y variedad y el compromiso con los descubrimientos. Por lo que no es ninguna sorpresa que el Cayenne no tardara mucho en hacerse un hueco en Christophorus, donde los reporteros informaron del inicio de una nueva era cuando el todoterreno deportivo aún se encontraba en la última fase de pruebas: «El día en que Porsche decidió continuar su exitosa tradición en los rallies y adentrarse en un terreno aún por descubrir, ese día nació un automóvil completamente nuevo». Era el año 2002 y por aquel entonces corrieron ríos de tinta sobre su nueva imagen y su nuevo carácter, así como sobre supuestas características contradictorias que, sin embargo, en ese nuevo Porsche tan distinto de todos los demás, se atraían entre sí como por arte de magia. Algo que continúa vigente a día de hoy, cuando la siguiente generación del Cayenne llega al mercado. Como también tiene plena vigencia la postura de la Junta Directiva de Porsche de aquellos días: «Cuando los argumentos racionales se combinan con la pasión con tanto acierto, no se puede desaprovechar la oportunidad». El título de Christophorus era igualmente visionario: «La pimienta de la vida».

Reconocer las oportunidades y, sobre todo, saberlas aprovechar, es la principal característica de un descubridor. Desde que los alemanes decidieran adentrarse en un mundo nuevo con el Cayenne, existen numerosas pruebas de que esta mentalidad es también una propiedad de Porsche. Un gen grabado a fuego desde sus orígenes. Y al final de la historia, el lema de los creadores del Cayenne ya apuntaba hacia dónde llevaría el viaje del todoterreno: «Hemos recorrido un camino lleno de éxitos, y el futuro que nos espera es muy prometedor». A pesar de las diferencias de planteamiento, Oliver Laqua, responsable de Vehículo Global Serie SUV, elogia el sentido de familia puesto de manifiesto durante la fase de desarrollo: «Hemos trabajado codo con codo con los compañeros de Wolfsburgo». Partiendo de esa base común, se fue dando forma al Porsche añadiendo aquellos elementos clásicos que lo definen. «Afilar» es la palabra empleada por Oliver Laqua para definir este proceso intencionado: «Para nosotros lo esencial era dar con un ángulo de inclinación a caballo entre el deportivo y el todoterreno». Los ingenieros de Porsche sabían exactamente en dónde se estaban metiendo. En un tiempo récord se desarrolló la plataforma común y el Cayenne y, sobre la base de los llamados soportes del conjunto del motor se pudieron evidenciar en una fase muy temprana las posibilidades técnicas e inyectar los genes de Porsche al vehículo.

Gracias a su tamaño y sus propiedades de todoterreno, de repente el Cayenne abre la puerta de la empresa a nuevos consumidores y, con ello, a nuevos mercados, especialmente en Asia, un continente que había permanecido más bien inaccesible para el 911 y el Boxster a gran escala debido a su infraestructura. «El trotamundos» rezaba un titular muy oportuno de Christophorus sobre la primera remodelación, acompañado de la siguiente entradilla: «El Cayenne es el Porsche que con mayor facilidad puede transmitir el espíritu de innovación y extrema orientación deportiva de la empresa hasta el último rincón del mundo…». Karl Heess, ingeniero y jefe de Chasis, recuerda lo emocionantes que fueron los inicios: «¿Que si era terreno desconocido para nosotros? Claro, totalmente. ¡En todos los sentidos! Dimensiones que no conocíamos, un nuevo segmento, un proyecto de cooperación, la responsabilidad de la plataforma y, más adelante, incluso una nueva fábrica». Aún hoy sigue siendo palpable su entusiasmo: «Queríamos sentar escuela, naturalmente, tal y como se espera que haga Porsche. Y nos está saliendo redondo. Por ejemplo, con la suspensión neumática, que todavía no existía en el segmento de los SUV».

Como es habitual en Porsche, el Cayenne pudo demostrar su deportividad también en competición. En las ediciones del Rally TransSyberia de 2007 y 2008, celebradas entre Moscú y Ulán Bator pasando por la Mongolia profunda, a los automóviles y los pilotos les esperaban alrededor de 7.000 km por terrenos casi impracticables, exigentes y espectaculares. Las 14 etapas, que en ocasiones incluían pruebas especiales de varios cientos de kilómetros, pusieron al límite al hombre y la máquina. Lo llamativo fue que sólo había Cayennes de serie. Haciendo aquello que un coche te permite hacer, puedes causar sensación de forma muy creíble.

Para cuando la familia Cayenne creció, hacía ya tiempo que el automóvil se había convertido en sinónimo de un SUV especial en Norteamérica, Oriente Medio y Asia Oriental. Christophorus resumía así la evolución: «No existen terrenos difíciles, sino un equipo inadecuado. Pero esta excusa no vale para la nueva generación del Cayenne, que se atreve con todo, tanto en la carretera como fuera de ella. Y, de paso, redefine el concepto de placer». Y así continua siendo: ¿Por qué conducir un automóvil espacioso va a tener que limitarse a ser una cuestión de utilidad?

El Cayenne demuestra sus cualidades de descubridor también en su motorización (según Oliver Laqua, una de las principales virtudes del automóvil). Ha estado disponible desde el principio en tres variantes: Cayenne, Cayenne S y Cayenne Turbo. En el transcurso de su evolución posterior, la oferta se ha ampliado tanto con nuevas versiones de motores como con modelos nuevos, como el GTS y el Turbo S, que se han terminado incorporando al imaginario Porsche. En un mercado de automóviles en constante cambio, el equipo de desarrollo del Cayenne ha conseguido encontrar siempre una solución a todas y cada una de las demandas que han ido pasando a un primer plano del mercado sin tener que cuestionar el modelo de vehículo. Se han mantenido fieles a la deportividad, pero también han seguido desarrollando el confort y han mejorado el consumo y la potencia gracias a notables optimizaciones del peso. Agilidad y raciocinio son los principales requerimientos del Cayenne de hoy.

En el Salón del Automóvil de Ginebra de 2010, el Cayenne encarna el consabido principio, pero además de una nueva imagen llega también un motor completamente nuevo, el primer diésel de Porsche: un turbodiésel V6 de 3 litros. Ese mismo año, el Cayenne se convierte en pionero en materia de híbridos en Porsche: el motor se compone de un motor eléctrico de 34 kW (46 CV) y un motor V6 de gasolina de inyección directa de 3 litros con compresor de sobrealimentación.

Y la historia continúa sobre ruedas, no en vano, un descubridor no conoce límites. La última generación incluirá un Cayenne híbrido enchufable. El todoterreno deportivo es un auténtico descubridor. Y un Porsche, sinónimo de crecimiento.

PRIMERA CLASE

La nueva generación del Cayenne perpetúa una historia repleta de éxitos que comenzó de forma espectacular en 2002 con Porsche poniendo a la venta, por primera vez, un todoterreno deportivo. Bernhard Maier, miembro de la Junta Directiva como responsable de Ventas y Márketing, nos ha hablado sobre el Intelligent Performance del Cayenne y un modelo de automóvil con madera de superventas.

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza al oír la palabra Cayenne?
Bernhard Maier: El Cayenne es un ejemplo de cómo Porsche se reinventa una y otra vez sin dejar de ser fiel a sus principios. Es el deportivo dentro del segmento de los SUV premium, y es un Porsche de pura cepa. El Cayenne representa nuestros valores de marca, entre los que se encuentran polos opuestos como tradición e innovación, potencia y uso cotidiano, diseño y funcionalidad, exclusividad y aceptación social. Todo ello sumado a un enorme placer al volante.

¿Vaticinaban en Porsche semejante éxito?
En su momento, en 2002, fue un paso muy valiente, pues nos adentrábamos en terreno desconocido. Pero al mismo tiempo también fue un paso muy meditado. Nuestras ideas se basan siempre en una estrategia muy clara. El contacto con los clientes en Porsche es muy intenso y continuamente les pedimos su opinión sobre asuntos concretos en «product clinics». Y así fue como nos dimos cuenta de que si lo desarrollábamos de acuerdo con nuestros estándares de potencia, calidad y uso cotidiano, un Porsche SUV se vendería. Pero lo admito: por aquel entonces no nos permitíamos ni soñar con que podría ser el pistoletazo de salida de un éxito de tal calibre. De hecho, al principio nuestro todoterreno deportivo polarizó mucho… e incluso se llegó a cuestionar si Porsche podía hacer algo así. Una pregunta legítima que demuestra que siempre que sacamos un nuevo modelo o nos introducimos en nuevos mercados y segmentos se produce un debate público sobre la identidad de marca de Porsche. Ocurrió también, por poner otro ejemplo, con el 911 de la serie 996 y el paso de refrigeración por aire a hidrorefrigeración en el motor bóxer. Nuestros argumentos han convencido todas y cada una de las veces. También en el caso del Cayenne, como demuestran los más de 500.000 ejemplares vendidos.

Bernhard Maier, Director de Ventas y Márketing

¿Por qué ha tenido el Cayenne tanto éxito en todo el mundo?
Es el único deportivo de su segmento, y ese carácter se respira en todos sus detalles. Además de sitio para cinco pasajeros, el Cayenne ofrece, sobre todo, espacio para vivir la dinámica de conducción típica de Porsche. Y precisamente esto es lo que llega al corazón de nuestros clientes de todo el mundo. Es la suma de todas sus capacidades lo que ha permitido al Cayenne conquistar nuevos terrenos. Eso, y que también despide olor a Porsche por todos los poros de su carrocería. La marca es, y seguirá siendo, el principal motivo de compra.

¿Qué significa el centro de Leipzig para la marca y para los clientes?
Ofrecemos a nuestros clientes la más alta calidad, como ha vuelto a demostrar el último estudio J.D. Power. La producción del Cayenne en Leipzig y la interacción con la fábrica del grupo en Bratislava ha creado una base estable y ampliable cuya estela pudieron seguir el Panamera y el Macan. Leipzig se ha convertido por derecho propio en un lugar significativo de nuestro grupo.

¿Ve el Cayenne también como una especie de «conquistador»?
La apertura de nuevos mercados fue uno de los motivos por los que Porsche decidió poner en marcha el proyecto a finales de los 90. Con el Cayenne hemos llegado a regiones que parecían inalcanzables fabricando sólo deportivos biplaza o dos más dos. Así, el Cayenne ha sido decisivo para cimentar nuestro éxito en China. Era el producto adecuado en el momento adecuado. A fecha de hoy, el gigante asiático se ha convertido en nuestro segundo mayor mercado único. Del mismo modo, en Europa del Este Porsche no se terminó de establecer de verdad hasta que llegó el todoterreno deportivo, registrando altas tasas de crecimiento en países como Rusia y otros mercados emergentes.

¿A qué se debe este crecimiento?
Hemos penetrado en nuevos segmentos y hemos ampliado nuestra base de clientes. El Cayenne aúna la indispensable aptitud para el uso diario con deportividad y confort también en carreteras de diferentes condiciones, y además es espacioso. Fue la respuesta ideal a la demanda de muchos clientes. Tanto en mercados establecidos como en aquellos donde la infraestructura no cuenta con una red de autopistas tan amplia, para muchos clientes el Cayenne ha sido la puerta de entrada a la marca. Para la empresa, el segmento de los SUV es el que promete el mayor crecimiento. En consecuencia hemos ampliado también nuestra organización comercial, creando nuevos centros de Porsche y ampliando antiguos. En China, por cierto, este año estamos abriendo un nuevo Centro Porsche cada dos semanas.

¿También se ha contagiado en China el éxito del Cayenne a los demás modelos?
Antes de introducir el Cayenne, vendíamos unos 200 vehículos al año; el año pasado fueron unos 36.500. Esto nos ha permitido montar una estructura amplia, y con el Macan vamos a seguir profundizando en ello. Esto nos permite acercarnos aún más a los clientes y ofrecer todos los servicios, lo que a su vez ha avivado el interés e impulsado, o en parte incluso posibilitado, la venta de los otros deportivos. De esta forma, nuestras ventas de deportivos de dos puertas en el mercado chino han pasado de unas pocas unidades en 2004 a más de 3.600 en 2013, permitiéndonos alcanzar cuotas de mercado equiparables a las de los mercados establecidos. En otras palabras: también en China somos líderes indiscutibles en el segmento del 911 o del Boxster/Cayman. Sin el Cayenne nuestro crecimiento probablemente no hubiera podido evolucionar tan rápidamente. Ha sido una especie de portavoz de la marca Porsche tanto allí como en otros nuevos mercados.

¿Y el mensaje lanzado por ese portavoz es…?
Que Porsche se percibe como una marca con una gran variedad de modelos exclusivos y con la oferta más deportiva y exclusiva en todos y cada uno de los segmentos. El Cayenne representa nuestro lema Intelligent Performance en todos los sentidos. Y es sinónimo de fascinación por los deportivos, ya que un Porsche sigue siendo deportivo tenga dos, cuatro o cinco puertas y con independencia de si el motor es trasero, central o delantero.

Texto Richard Blehn