Porsche - Rajendra Kumar Jain
Rajendra Kumar Jain
 

Rajendra Kumar Jain

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Perspectivas: el escenario de Ballard Estate, cerca del puerto, recibe un soplo de aire fresco cuando aparece el Porsche 356 SC de Rajendra Kumar Jains.

7.192 kilómetros separan su casa de su garaje. Rajendra Kumar Jain reside y trabaja en Londres, pero su Porsche 356 SC con la matrícula MH 01 P 626 se encuentra en Mumbai. Esta es la historia de una relación a distancia rebosante de amor.

Bulliciosa, viva, frenética… Mumbai es el núcleo de un mundo en el que las posibilidades ya no están irremediablemente determinadas por la geografía. Los sueños, los deseos, las ambiciones y esperanzas de millones de personas apuntan alto, tan alto como los rascacielos que las rodean. Y, como todas las metrópolis, Mumbai no duerme nunca. Sin embargo, a veces, la ciudad intercala un insólito instante de calma y tranquilidad, aunque solo sea por unos segundos.

Este es uno de esos instantes. Dedos índices que señalan, ojos que se abren de par en par, cabezas que se giran. Los transeúntes se detienen y desenfundan sus móviles… Y es que, envuelto en el inconfundible sonido del motor que emana de la zaga, se aproxima un automóvil de formas suaves, carrocería baja y medidas compactas. Entre la marabunta de Marutis que invaden las calles de esta dinámica ciudad de 12 millones de habitantes, el Porsche 356 se antoja exótico.

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Todos, literalmente todos los que se percatan de la presencia del automóvil color blanco se detienen a observarlo: desde el gesticulante guardia urbano hasta el alegre conductor de un taxi negro y amarillo, pasando por el ama de casa estresada o el apresurado hombre entrajado… Incluso el estruendoso griterío de un autobús escolar enmudece.

En medio del frenético ajetreo de la ciudad apenas hay lugar para la sorpresa, nada que sus habitantes no hayan visto u oído ya. Así, este momento supone toda una excepción y este coche una joya única, probablemente el único 356 SC de todo el país. En el subcontinente indio hay una increíble cantidad de vehículos históricos y existen varias colecciones privadas que incluyen carrozas que parecen salidas de un cuento de hadas construidas según los caprichos de acaudalados marajás. Pero los orígenes de este modelo de 1965 con motor bóxer no están en una familia real hindú: el Porsche recaló en la India por una confusión de su actual propietario, Rajendra Kumar Jain, llamado Raj.

Una obra de arte sobre ruedas

En realidad, Raj reside y trabaja en Londres. Fiel a la afición india por las abreviaturas, nos cuenta que es un OCI (Overseas Citizenship of India), la denominación oficial para la ciudadanía india residente fuera del país. A pesar de su ascendencia india, Raj tiene pasaporte británico y viaja mucho por todo el mundo por motivos laborales.

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Una inusual estampa: en Marine Drive, el Porsche 356 de Rajendra Kumar Jain se muestra a los transeúntes.

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Como de otro planeta: el amable rostro del 356 destaca entre las congestionadas calles de Mumbai.

Raj se dedica a la compraventa de arte, antigüedades, relojes de coleccionista y otros objetos curiosos de gran valor. Tiene su negocio en la Bond Street del distrito londinense de Mayfair y conoce los objetos más bellos y singulares del mundo. Por lo tanto, un Porsche clásico encaja tan bien en su garaje como el ejemplar de «Antiques Trade Gazette» sobre la mesa de su amplio piso del sur de Mumbai con impresionantes vistas al mar.

Raj no buscaba el 356, fue el 356 quien lo encontró a él. «Fue cuestión de karma», comenta con un marcado acento británico, una cuestión de «justicia compensatoria». Corrían los primeros años de la década de los noventa del siglo pasado. Raj se encontraba explorando Christie’s, la célebre casa de subastas, cuando se confundió de sala y, de pronto, se encontró frente a aquel «precioso automóvil inmaculado». El vehículo se sacaba a subasta sin puja inicial mínima y «yo levanté la mano de forma instintiva». Había otro postor, pero no estaba realmente interesado en el coche. Raj tardó poco en adjudicarse el remate por menos de 1.000 libras. Una auténtica ganga, incluso para la época.

En lugar de aparcarlo cerca de su piso londinense de South Kensington, Raj embarcó el vehículo con destino a Mumbai, hasta donde se desplaza dos veces al año por razones tanto laborales como familiares. El Porsche es un motivo más. Pero su 356 no fue el primero de su clase en llegar a la India. Al parecer, hace algunas décadas, el marajá de Sawantwadi había hecho traer un raro preserie del 356 A. Existen varias fotografías antiguas que dan fe de ello. Hoy, sin embargo, a falta de pistas sobre el paradero del automóvil, Raj se ha convertido en el propietario del único 356 de todo el país que se conoce y funciona. Y, aunque por lo general suele portarse bien, lo cierto es que, como todo ser exótico ligeramente egocéntrico que se precie, de vez en cuando hace un poco el tonto.

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Un amplio arco: el Rajiv Gandhi Sea Link, puerta de entrada a la ciudad, cuenta con ocho carriles.

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Hasta la vista: gracias, cuídate y hasta pronto. El gesto tranquilo de Rajendra es también un ritual de despedida después de cada salida con el coche.

Para mantenerlo a punto, cada dos años Raj solía hacerlo revisar por un reconocido especialista británico en 356 llamado Barry Curtis, que por ese tiempo vivía en su casa y podía disponer de su garaje, relativamente bien equipado.

«Barry ponía a punto el motor, desmontaba todas las piezas del vehículo y todos los tornillos con sus correspondientes tuercas y los volvía a montar después», explica Raj. «Mandé instalar un sistema de aire acondicionado en el garaje precisamente para que pudiera trabajar aunque afuera apretara el calor». Hace casi dos años, Barry falleció, y el Porsche parece echarlo de menos. A veces se niega a arrancar, de vez en cuando se produce un fallo de encendido y, en general, da la impresión de haberse vuelto un poco arisco. Como homenaje a Barry, el guardián del alma del automóvil, una finísima plaquita de metal luce sobre el portón trasero, coronando e individualizando el vehículo.

Con una sonrisa dibujada en el rostro, Raj se vuelve a sumergir en el caos organizado de Mumbai. Para todos aquellos que no estén acostumbrados a semejante crisol de religiones, lenguas y culturas, la ciudad se puede antojar ciertamente estridente y confusa, pero su magia se pone de manifiesto de inmediato en cuanto uno tiene la oportunidad de vivir de cerca a las personas y descubrir su talento para hacer posible prácticamente cualquier cosa.

Raj disfruta zigzagueando de carril en carril con los 95 CV del automóvil, mientras este va atrayendo todas las miradas a su paso. Después, deja atrás las ruidosas carreteras principales, las sustituye por verdes avenidas y pasa por delante de pequeñas casas de té adornadas con arabescos. Solo al caer la noche comienza a apagarse el efecto imán del Porsche 356 SC que termina desapareciendo en el interior del garaje. Raj le dedica una larga mirada, se sienta junto a la puerta abierta y dice: «Este coche y yo estábamos predestinados».

Texto Srinivas Krishnan
Fotografía Bengt Stiller

Modelo: 356 (1600) SC
Año de construcción: 1965
Peso: 935 kg
Color: blanco
Potencia: 70 kW (95 CV)