Carrocería y desesmaltado
Un cuerpo bien cuidado: la carrocería en bruto del 911 T nos hace viajar a 1973
La carrocería está firmemente sujeta, pero sin tensión. Como en una de las fotografías del genial Helmut Newton, la chapa se alza con precisión milimétrica sobre el banco de enderezado: orgullosa, desnuda y fría. Jochen Bader, jefe de restauración de fábrica, piensa que es una obra de arte lo que tiene delante. Un 911 en su forma más pura.
La carrocería en bruto recupera su forma original; por primera vez desde que comenzaron los trabajos en el 911 T del año 1973, será como retroceder 37 años. El vehículo totalmente restaurado será sorteado entre los miembros del
Con el fin de cumplir con el lema "Revivir la pasión" (una campaña conjunta del PCA, el club
Momentos así son importantes en un proyecto de revitalización de un clásico y tienen una gran influencia en el desarrollo posterior de la restauración. Al fin y al cabo, el estado de la carrocería siempre es la gran incógnita cuando se restaura profesionalmente un vehículo... hasta que se ve la realidad. Los laboriosos trabajos de chapa pueden convertirse casi en interminables si en el momento decisivo se descubre que no queda mucho de la carrocería y que el vehículo debe rehacerse casi desde el principio, con mucho tacto y experiencia. En el caso del 911 T, esto no es necesario. Puede que sea por el clima de la costa Oeste americana o por el mimo con el que cuidó el vehículo el anterior propietario. En cualquier caso, después del desesmaltado la carrocería en bruto aprueba el examen.
El desesmaltado y los trabajos de preparación necesarios tienen por tanto una gran importancia. Los especialistas abren previamente todos los espacios huecos de la carrocería para que la lejía penetre con facilidad hasta en el último rincón y quite la corrosión de todos los puntos afectados. Igual de importante es la acción limpiadora de la lejía en las piezas de la carrocería tratadas. En los vehículos que superan la treintena, lo más habitual es que hayan entrado en contacto con masilla o esteras de plástico en algún momento. Aun cuando el trabajo estuviera bien hecho, los materiales empleados no son adecuados. La lejía los hace desaparecer. Después se lava completamente, de nuevo gracias a los huecos practicados, y se neutraliza.
En el 911, el verdadero significado de "hasta en el último rincón" se comprende muy bien gracias a un pequeño tubo de metal de la trasera del vehículo. Este tubo va por el lateral del vehículo desde la parte trasera hacia el marco de la puerta, y solo se ve porque también las secciones laterales traseras han caído, víctimas del desmontaje. Por este tubo discurre el cable con el que el conductor puede abrir desde dentro el capó del motor con una palanca. También este pequeño tubo se lava por completo, tanto por dentro como por fuera, y está en buen estado.
No existe un tiempo establecido para el desesmaltado. Los expertos comprueban cada cierto tiempo cómo va la limpieza y deciden en cada caso cuánto tiempo hay que dejar actuar la lejía. En el 911 T duró solamente unos días, en otros casos pueden ser semanas. La minuciosidad es lo primero, tanto más cuando en el taller de
Ahora, la carrocería se alza desde el banco enderezador. Y allí se quedará durante un tiempo. Aunque ya está libre de todos los defectos, incluso los más ocultos, todavía le falta mucho para estar lista; el trabajo no ha hecho más que empezar. Pero tendrá que esperar: en la siguiente fase nos ocuparemos del motor del 911 T. Los 140 CV del bóxer de seis cilindros deben recuperar toda su fuerza.