Hartmut Esslinger – FROGMUT | CW FD 888
El buen diseño industrial no solo es una manera de dar una apariencia atractiva a un producto, sino un componente empresarial estratégico. Hartmut Esslinger lo defiende incansablemente desde hace décadas. En cuestión de coches, Esslinger apuesta por una simetría de formas perfectas. Tiene dos 911
Al pasar por la única casa moderna que hay en esta apartada calle de Los Gatos, resulta fácil deducir a quién profesa lealtad automovilística su propietario. En el garaje, a la vista tras un portón de cristal, destaca un
¿Acaso no es usted celoso de su vida privada, señor Esslinger? «Me gusta ver mi
Y, por supuesto, también un poco de Esslinger. Al fin y al cabo, el dueño de la casa es uno de los diseñadores industriales más importantes de las últimas décadas y frog toda una institución en este campo por sus diseños revolucionarios. Esslinger fundó en 1969 la empresa Esslinger
Las formas de Esslinger impregnan incontables productos de grandes empresas internacionales: Disney, Louis Vuitton, Lufthansa, Microsoft, Olympus y SAP son solo una pequeña muestra de su amplia cartera de clientes. Además, él fue uno de los primeros profesionales en defender que el diseño industrial no solo debe ser una manera de dar una apariencia atractiva a un producto, sino que también debe ser un componente estratégico para cualquier empresa. Así lo ha defendido durante toda su vida este inconformista que dejó los estudios superiores porque «la idea del embellecimiento y los aires elitistas de muchos compañeros» le ponía nervioso.Nadie fue mayor seguidor de los principios de Esslinger que Steve Jobs, el fundador de
«Nunca te aburrías con él», cuenta apenado Esslinger inclinando su melena plateada. Jobs falleció en 2011 con apenas 56 años de edad. Al fundador de
A Esslinger le gusta exhibir su
Esslinger rodea el 911 en su reluciente garaje. El
¿Por qué dos cabriolets de idéntico modelo y color? «Por seguridad», dice Esslinger. No quiere que un color desacostumbrado lo distraiga. «Si quiero un 911 nuevo, tengo que comprarme dos», dice sonriendo y se acomoda en el asiento azul después de haberse cambiado las sandalias Birkenstock por unas deportivas de color rojo frambuesa, puesto una chaqueta azul real y enrollarse alrededor del cuello un pañuelo también de color rojo frambuesa con puntos blancos.
Esslinger emprende su ruta favorita, la carretera de Old Santa Cruz, una vía sinuosa que atraviesa las prácticamente deshabitadas montañas de Santa Cruz que separan Los Gatos y Silicon Valley del Pacífico. El nueveonce serpentea en dirección al enclave surfero de Santa Cruz. El amarillo racing armoniza con las rayas centrales de la calzada, el verde de la maleza y el rojo de los troncos de secuoya, los cuales parecen elevarse todavía más hacia las alturas desde el bajo ángulo de visión del nueveonce. Este tramo tiene algo de meditativo para Esslinger, quien, cuando conduce, en vez de música prefiere disfrutar del sonido del motor.
Esslinger y su esposa vendieron frog hace algunos años, pero siguen siendo los principales accionistas privados. Desde la salida de la empresa en 2008, ha mantenido su ritmo de actividad. Ejerce de jefe de diseño para el grupo chino de tecnología y medios LeEco (antes Letv), imparte clases de diseño estratégico en la DeTao Masters Academy de Shanghái –en cuya fundación ha participado– y asesora a directores ejecutivos en el desarrollo de marcas globales. «Soy un adicto al trabajo», admite. Esslinger aparca el
Texto Helene Laube
Fotografía Albrecht Fuchs